Seth salió de la celda con el ceño fruncido, su mente dando vueltas tras la charla con Bianca. Cerró la puerta metálica con un golpe seco y caminó por el pasillo del sótano, perdido en sus pensamientos.
La idea de Nataniel siendo tan joven y supuestamente enganchado con Ameline desde hace años lo tenía descolocado.
"¿A dónde estás dispuesta a llegar por tus mentiras, preciosa?", pensó, apretando los puños mientras subía las escaleras.
No confiaba ni un pelo en Bianca, pero tampoco conocía lo suficiente a Ameline como para estar seguro de nada. Esa mujer lo traía loco, y no sabía si era por rabia o por algo más que no quería admitir. Sacudió la cabeza y siguió adelante, decidido a aclarar las cosas a su manera. Llegó a su oficina en el piso principal, abriendo la puerta con un empujón.
Llegó a su oficina en el piso principal, empujando la puerta con un movimiento brusco. El aire dentro olía a madera y café viejo, y apenas cruzó el umbral, se topó con Mindy. Estaba apoyada contra el