Ameline se despertó temprano, el sol ya alto en el cielo cuando abrió los ojos. Se sentía más ligera después de la visita al obstetra y decidió organizar un picnic con Prissy en el jardín.
Extendió una manta sobre la hierba cerca de un árbol, dejó una cesta con sándwiches, frutas y limonada, y esperó a que llegara. Cuando Prissy apareció, Ameline fue directo al grano.
—Ayer vi a la Dra. Athena. El ultrasonido salió bien, el bebé está en el quinto mes, se ven los brazos y las piernas, hasta se movió un poco —dijo, sacando el celular para mostrarle la foto.
Prissy tomó el teléfono, sonriendo un poco, pero su reacción fue apagada, nada como su entusiasmo usual. Ameline frunció el ceño, preocupada.
—¿Estás bien? —preguntó, notando cómo Prissy se ponía tensa.
—Sí, claro, ¡dime mas por favor! —Su sonrisa fue más sincera esta vez y Ameline se relajo.
Ameline se sentó con las piernas cruzadas, su mano descansando instintivamente sobre su vientre, y volvió a hablar con entusiasmo.
—En fi