Ameline se quedó de pie en el borde del patio de juegos, una sonrisa suave curvándose en sus labios mientras observaba a Prissy jugando con sus hermanos menores, Laila, Shawn y Tobby.
El área en la que estaban ahora no estaba llena de juegos infantiles simples; los columpios eran más altos, diseñados para niños mayores, y había una estructura de madera con cuerdas para trepar y un tobogán ancho que los hacía reír mientras competían por llegar primero. Laila, con su cabello rubio ondeando, lideraba una carrera improvisada alrededor de la estructura, mientras Shawn y Tobby intentaban alcanzarla, sus risas resonando en el aire cálido de la mañana. Prissy, con su vestido de flores, se unió al juego, fingiendo tropezar para dejar que Tobby ganara, lo que provocó una carcajada del pequeño.
"Se ve tan feliz con ellos" pensó Ameline, su mano descansando en su vientre de seis meses, donde el bebé dio una patadita suave, como si compartiera su alegría. Pero el nerviosismo por la ecografía de