Lysander no usó grandes hechizos. En su lugar, conjuró ilusiones rápidas, campos de restricción pequeños, y drenajes de maná diseñados para confundirla y romper su concentración.

Seraphina se burló, disipando cada ataque con un movimiento de su mano.

“Estás desperdiciando tu vida. Valerius la necesita viva. Yo solo necesito tu muerte para debilitarla.”

Mientras luchaban, el drama se amplificó en Elara.

Ella estaba en el pedestal, mirando la daga ceremonial. Sabía que un corte superficial no funcionaría. Debía ser profundo y rápido.

Su mano tembló sobre su brazo. El acto de auto-sacrificio la aterrorizaba, pero el recuerdo de Kael y la cara ensangrentada de Lysander la impulsaron.

Lysander lanzó un último y desesperado contraataque: un campo de fuerza de éter puro que envolvió a Seraphina por un instante.

Ella rompió el campo en menos de un segundo, pero fue suficiente.

Elara se hizo el corte. La sangre, cálida y brillante, fluyó hacia el Vaso Puro.

Seraphina vio la sangre y soltó un r