El escándalo del Comité Ético fue la sentencia de muerte política de Gabriel. Su caída libre, sin embargo, no fue tan peligrosa como el ascenso de Isabel Soler para salvarse a sí misma. Ella era la verdadera estratega financiera y, al ver a Gabriel hundirse, comenzó a borrar frenéticamente los rastros de sus propias operaciones en la Fundación, la cual usaba como fachada para el blanqueo.

Alana y Julián se reunieron en el penthouse de este, usando su suite como centro de comando, con tres monitores que mostraban los flujos de capital.

—Isabel es un animal herido. Está borrando los discos duros y desviando los fondos remanentes. Pero no podemos dejar que se escape con el capital. Necesitamos una prueba irrefutable, grabada, que demuestre que su acción fue personal y no forzada por Gabriel —dijo Julián, señalando el flujo decreciente de la cuenta de las Caimán.

Alana esbozó su plan, con esa sonrisa calculada que Julián ya conocía bien. —Isabel tiene un ego del tamaño de su ambición. Ell