25. No eres mi dueno
Jaaziel sale a toda prisa del hospital donde está su abuelo sin saber que mientras él baja por un ascensor Ika y su hijo suben a ver al patriarca de la familia. Adriana al verla salir del elevador, sonríe. Su abuelo estará muy feliz al ver al pequeño Ikziel.
—¿Cómo está el pequeño mas hermoso? —pregunta tomando al pelinegro de ojos azules en sus brazos. Cada día se parecía más a su padre, solo que con la mirada de Ikaika.
—Está cansado, pero se portó muy bien en el avión.—contesta una orgullosa madre. El chiquitín estuvo viendo películas de muñecos, pues Ikaika estaba terminando un trabajo que tenía que salir para la próxima temporada.
—Que bueno. —Adriana lo hace mirarla—. Con que andas ganando te un regalo de la tía Adriana. —El nene sonríe y aplaude feliz entendiendo a la pelinegra.
—¿Cómo está el abuelo? —pregunta Ikaika, mirando hacia la puerta de la habitación.
—No te voy a mentir, el médico nos dice que está muy mal, él habla poco, él aún está consciente, pero hasta él reconoce