85. ¡Era un bebé!
La noche había caído y Maggie tenía los ojos rojos y pesados de tanto llorar, además había estado devolviendo todo lo que comía, así fuera un mísero café lo que hacía que estuviera débil y agotada.
Nathaniel por su parte no se había separado del teléfono, ella no sabía exactamente a quienes estaba llamando pero llevaba toda la tarde y lo que llevaba de la noche hablando y moviéndose de un lado a otro, mientras que esperaban alguna razón por parte de la policía, sin embargo hasta el momento no tenían nada y eso solo empeoraba su ansiedad.
Justo en ese momento sintió como su estómago se retorció y en menos de un parpadeo se había puesto en pie y corría hacia el baño más cercano para devolver lo poco que le quedaba en el estómago, estaba teniendo una nueva arcada cuando sintió como le sostuvieron el cabello y ella no tenía que girarse para saber de quién se trataba.
—Nena, tienes que tratar de descansar, vas a enfermarte.
Maggie negó con la cabeza al tiempo que sentía que el corazón s