Nuestros cuerpos se encontraron cuando Lucca apretó el botón para cerrar la puerta, tomando a Odette para sí en un apasionado beso. Las manos de Catriel terminaron en mi cintura, pero mirarlo así, con el carmín en los labios, era demasiado gracioso.
- ¿Le gustaría probar mi pintalabios, Alteza? - se burló. - ¿Mientras bebo tu veneno?
me puse seria, mirándolo fijamente:
- Catriel, sólo te pido una cosa -dije, apoyando las manos en sus hombros-. - Respeta el compromiso que hiciste conmigo. No te quedes con Ana Julia de manera que me expongas.
Catriel sonrió y acercó su rostro al mío, susurrándome al oído:
- Yo no haría eso.
- I... no te creo.
- Dijo la mujer que pretende dejarme en el altar el día de mi boda.
- Eso... Era sólo una hipótesis.
- No hay la menor posibilidad de que la cambien por la duquesa Anna Julia Cappel, Alteza.
No tuve tiempo de responder cuando se abrió la puerta del ascensor. Salimos y los reyes de Bélgica y Dinamarca nos miran fijamente antes de entrar. Hasta que s