Mundo ficciónIniciar sesiónEra el final de la tarde, las seis en punto, y la luz del cielo aún no se había disipado.
Fred corrió por la calle, atravesando la avenida entre los autos en movimiento, girando el cuello hacia atrás, con el rostro austero, envuelto en una capa de frío. Sus labios se volvieron pálidos. Su perseguidor estaba demasiado cerca. Cuando volvió la vista al frente, ya era demasiado tarde. Un coche lo golpeó, lanzando su cuerpo a corta distancia.
Fred tuvo suerte, si es que así podía considerarse, de que el conductor lo hubiera visto metros antes del impacto y, reduciendo la velocidad, lo golpeó de manera que no causó grandes daños, ni al coche ni a Fred.
Tirado en el asfalto caliente, Fred vio su visión volverse borrosa y escuchó gritos ahogados. Solo sentía que sus piernas le dolían de tal manera que le impedían levantarse.
Fred solo obse







