Benjamín llegó a la empresa, inmerso en sus pensamientos. Se detuvo frente al escritorio de Antonella, ahora vacío, sabiendo que no la vería más. Sabía que aún era muy temprano y que tal vez ella desistiría de la renuncia y daría marcha atrás. Tenía la esperanza de verla entrar por la puerta de la empresa y pedir su trabajo de vuelta.
Antonella era orgullosa; no daría marcha atrás en su decisión.
Él golpeó con los dedos sobre su escritorio y recordó su bello rostro. Entonces, después de unos segundos, se giró hacia Caroline y se dirigió a ella:
—Pida a Dominique que venga a mi oficina cuando llegue.
Se dio la vuelta y, dándole la espalda, se encerró en su oficina. La noche anterior había sido la más larga de su vida. Llegó a su casa y se encontró con Carlota, quien preparaba su boda con gran entusiasmo. Ella no se daba cuenta de que la única persona feliz con esa decisión era exclusivamente ella.
Considerando que ya no había ambiente para permanecer bajo el mismo techo que Carlota, Be