Mundo ficciónIniciar sesiónBenjamín se quedó con el teléfono en las manos mientras su sangre burbujeaba en las venas. ¿Cómo se atrevía Antonella a colgar sin dejarlo terminar de hablar? Esa mujer lo estaba volviendo loco.
Sin dudar, caminó apresurado, justo cuando vio a Dante entrar por la puerta con aire despreocupado, como si nada estuviera ocurriendo. Sabía que debía moderar sus palabras; después de todo, Dante era el gobernador del estado y Benjamín estaba a punto de cerrar un negocio con él que sería beneficioso para todos.
Se acercó sonriendo, como una víbora lista para atacar, y le preguntó:
— He buscado a Antonella por toda la casa —dijo mientras recorría el lugar con la mirada—, y me dijeron que salió con usted. ¿Qué ocurrió, Dante?
Dante lo miró un poco confundido, pues no sabía cómo expli







