Benjamín todavía estaba reflexionando sobre el hecho de que Antonela hubiera aceptado hacer la prueba de paternidad sin cuestionarlo ni una sola vez. Él había llegado al hospital esa noche, pero ella no estaba. En su lugar, encontró a Dominique, quien lo esperaba mientras Adam dormía.
Él frunció el ceño hacia ella, como si no le hubiera gustado encontrarla en lugar de Antonela, aunque fue cordial, diciéndole que quería verla de vuelta en la empresa al día siguiente.
Dominique lo miró con seriedad.
—¿No cree que está exagerando? —preguntó Dominique con cautela.
—¿Sobre readmitirla en la empresa? —Él fingió no entender la pregunta—. Es un poco exagerado, sí, pero usted hizo todo esto por una buena causa.
Ella sonrió. Al menos Benjamín parecía de buen humor.
—No me haga tener que decirle lo que pienso sobre todo esto, porque al señor no le va a gustar.
—Entonces, no lo diga. —Él se rio.
Benjamín estaba sonriendo y era raro verlo tan cómodo delante de sus empleados. Aunque Dominique no es