Mundo ficciónIniciar sesiónCarlota se sintió extremadamente emocionada. Necesitó ahogar su propio llanto para no despertar a Adam. Sintió las manos de Antonela sujetarla y sacarla de allí.
La llevó a un lugar más reservado y le ofreció un poco de agua a Carlota. Las manos de esta temblaban descontroladamente.
Bien, había muchas cosas sobre Antonela que ella no había notado. Era joven, tenía el cabello largo y liso. Rojo como el fuego. Sus ojos eran muy claros; era bonita, a pesar de estar un poco pálida. Ella le sonrió a Carlota, pero no fue la belleza de Antonela lo que llamó la atención de Carlota, sino su bondad al confortarla ante tal situación.
—¿Cuánto tiempo lleva enfermo? —Las sienes de Carlota estaban húmedas y temblaban más que nunca.
Antonela deseó que ella no armara un escándalo como había hecho Benjam&iacu







