Alicia Montero.
Mientras camino por el pasillo hacia el departamento de Raúl, siento un nudo en el estómago. La tensión entre nosotros es intensa, y no puedo evitar preguntarme qué estará pensando. Finalmente, llego a su puerta y toco el timbre, sintiendo el corazón latir con fuerza en mi pecho.
Raúl abre la puerta con una expresión seria en el rostro. Sus ojos reflejan preocupación y algo más que no puedo descifrar de inmediato. Entro a su departamento, sintiéndome incómoda por el silencio que reina en el ambiente. Raúl cierra la puerta detrás de mí, pero no dice nada.
— Raúl, necesito hablar contigo.— Solicité.
— No quiero que insistas con lo de Raquel.— Pide Raúl.
— No se trata de eso, mi amor. No quiero que te sientas inseguro por Harry.— Advertí.
— Sé perfectamente que ustedes tuvieron historia juntos.
— Eso es parte del pasado. Aunque lo dudes, yo te amo, Raúl.
Me acerqué a Raúl, sintiendo la electricidad en el aire mientras nuestros labios se encontraban en un beso ardiente y a