Hace más de media hora que Harry ha estado intentando hablar con Oscar, ya que no desea perder a su mejor amigo por una mujer. Tal vez debió contenerse con Alicia, pero esa maldita mujer lo enloquece. Lo enciende con una sola mirada.
— No exageres, es solo una mujer — pronuncia Harry, intentando explicarse.
Oscar lo mira con desconfianza.
— Me hubieras dicho que te gustaba. Eres un mentiroso.
— No me gusta — afirma Harry, tratando de defenderse.
Oscar se ríe burlonamente.
— Se notaba por cómo le comías la boca. ¿Ya se acostaron?
— No, es solo parte de mi plan para vengarme de Máximo. Su punto débil es su hermanita.
Oscar frunce el ceño.— Eso no cambia nada.
— Nos conocemos desde niños, no vamos a pelear por ella, Oscar.
— Esta vez te la paso, pero la próxima me las pagarás.
— Entendido. Y necesito tu ayuda.
— ¿Para qué? — pregunta.
— Para tenerla. En cuanto la tenga a mis pies, la dejaré.
— ¿Y si tu plan se vuelve en tu contra?
— Claro que no — responde Harry con confianza.
Horas más