Anastasia
Lucidez, ese es el estado que me aborda justo en el momento en que el beta entra avisando un enfrentamiento que deja heridos en los cantores. Con mi mente a mil, con el corazón desbocado y con un cuerpo débil que empieza a recuperarse rápidamente, caigo de rodillas en un intento de poner orden a la cantidad de sensaciones y pensamientos que me estremecen. Esa borrosa sensación cálida en mi labios, el hormigueo de mi cuerpo y el deseo de matar a alguien es una mezcla peligrosa que se arremolina en mi interior reuniendo energía que empieza vibrar peligrosamente mientras a lo lejos escucho voces y siento como me mueven tenuemente haciéndome reaccionar, y no es hasta que siento una vibración de alerta que llega como un mensaje tardío a mi cuerpo, que entiendo que ni el beso, ni aquellos seres aterradores que lograron entrar en mi mente son mi problema inmediato.
— La hirieron — murmuro haciéndome consciente de mi alrededor, fijándome en la ex reina, en el beta, en algunas sirvie