Pasaron tres días, y Lucas estaba feliz cuando supo que pasaría un día con su madre en la empresa. Frederick estaba de viaje de negocios, y Leticia se quedó con Elena, la madre de Laura, mientras ella trabajaba.
La oficina era un lugar bullicioso, lleno de risas y conversaciones, y Lucas no podía evitar sentir una emoción contagiosa.
—¿Aquí trabajas, mamita? ¡Cuánta gente! —exclamó Lucas, mirando a su alrededor con ojos brillantes. — Y ¿Por qué esas mujeres están en traje de baño? ¿Aquí hay piscina? ¿Puedo ir también?—Laura sonrió, disfrutando de la curiosidad de su hijo.
—No, cariño. Están vestidas así para una sesión de fotos. ¿Quieres ver? —preguntó, con una chispa de complicidad en su mirada.
Lucas asintió emocionado, sus ojos iluminándose con la idea de participar en algo tan divertido.
Después de una emocionante y divertida sesión de fotos, pasó las primeras horas de la mañana en la oficina con su madre. Las risas de los modelos y el bullicio de la actividad lo hacían sentir