Bárbara entró a su habitación con una sonrisa confiada, esperando que sus planes finalmente surtieran efecto. Ese niño era un estorbo que acaparaba la atención de Martín. Sin embargo, un toque en la puerta interrumpió sus pensamientos.

—Es mejor que te apures —dijo su padre entrando y arrojándole una fotografía de Martín conversando con Laura de manera relajada.—Sé de muy buenas fuentes que Martín parece estar detrás de su exesposa. No nos conviene. Quiero un compromiso antes de que termine el mes. ¿Me oyes?

—¿ Y Qué hago, padre? No puedo apuntarlo con un arma y obligarlo a casarse conmigo —respondió ella, rabiosa.

—Me decepcionas, cariño. Creí que eras más astuta.

—Lo soy. Tengo un as bajo la manga —replicó, refiriéndose al secuestro de Lucas, ella sabía que atacando a Lucas logria formar una brecha insalvable entre Laura y Martín.

—Quiero algo concreto. Invítalo a cenar esta noche, sedúcelo, no sé, haz lo que se te ocurra. Pero quiero una boda a final de mes. No te olvides de que