La conspiración.
Bárbara se sentó nerviosa en una mesa del café, observando a la gente pasar. El aroma del café recién hecho la envolvía, pero su mente estaba centrada en lo que estaba a punto de suceder. A lo lejos, vio acercarse a una mujer con una sonrisa que no prometía nada bueno.
—Hola, Bárbara —saludó Belinda, sentándose con confianza—. Gracias por venir—Bárbara la miró con curiosidad, sonriendo con cautela. Le parecía conocida pero no estaba segura de en dónde la había visto.
—No hay problema —respondió, con un gesto inseguro.
—Soy Belinda. Te preguntarás por qué te cité.
—No te equivocas. ¿Qué es tan urgente? —preguntó Bárbara, tratando de ocultar su inquietud.
Belinda miró a su alrededor antes de hablar en voz baja.
—He estado al tanto del acuerdo financiero entre tú y Martín. Sé que confía en ti, pero también sé que tus sentimientos por él lo fastidian—Bárbara frunció el ceño, sintiendo una molestia revolver su pecho al oírla decir eso.
—¿Y eso qué tiene que ver contigo? No te conozco. No