Capítulo 23. Contrato
Al regresar a su dormitorio, Sasha llevaba consigo la imagen de aquella vez en el hospital, la imagen de la unión inquebrantable entre hermanas que, a pesar de enfrentar desafíos, seguían siendo un bastión de fortaleza la una para la otra. Cerró la puerta de su habitación, sumiéndose en la penumbra, y se dejó caer en el borde de la cama. Sus pensamientos giraban en círculos, el tic-tac del reloj resonaba como un recordatorio implacable de que cada segundo era vital en la carrera contra el tiempo para salvar a Kat. Mientras sopesaba las consecuencias de sus decisiones, se durmió profundamente hasta la mañana siguiente cuando se despertó empapada y sobresaltada. Ese día la madre de una amiga de Nat la buscaría, así que siguió su rutina. Ayudó a su niña a prepararse para el colegio, por la tarde visitó a Ekaterina a quien le puso su mejor cara pese a que la preocupación la abrumaba y antes de que cayera la noche, y mientras Nat estaba aún con su amiga, se preparó para ir al club y seguir