19. HIJA
—¿Cómo pudiste?, ¿cómo pudiste? —le decía Kayla entre llanto y gritos, a la vez que golpeaba con sus puños los hombros masculinos de Sean.
—Por favor, Kayla. Tranquilízate... —le decía él e intentaba atajarla en medio de su ataque de nervios.
—¡Eres un hijo de puta, te odio, te odiooooo! —gritó y corrió escaleras arriba, pero tropezó y se hubiera caído, si Sean no la hubiese atajado en el aire.
El ritmo cardíaco de la joven se alocó por el susto.
—Tranquila te tengo, te tengo... —le dijo él, mientras ella temblaba en shock.
Ella se aferró a él y se largó a llorar con mucho dolor, compungida por todo lo que vivía y muy sensible por el embarazo.
Sean la tomó en brazos y la cargó hasta la habitación, en andas mientras ella lloraba en silencio y las lágrimas amargas recorrían su rostro.
—Eres peso pluma, como tu madre —murmuró él y ella no respondió nada.
Sean la acostó con mucha suavidad en la cama y ella sollozaba mientras él acariciaba su cabello con dulzura. Ella se hizo una bolita en