17. INSIDIOSO
Kayla se sentía con un sabor amargo mientras se cambiaba su ropa por un camisolín de hospital.
La habían dejado sola en la habitación y, luego de quitarse todo, se acostó en la cama y se quedó con la mirada fija en el techo.
No podía dejar de preguntarse qué mierda hacía allí y si era lo correcto.
De repente, empezó a sentir que se le cerraba el pecho y le faltaba el aire. Comenzó a sudar y su corazón latía de manera desbocada sin poder controlarlo.
Trató de tranquilizar su ritmo cardíaco y se levantó temblorosa para dirigirse a abrir la ventana. Las bocanadas de aire y el oxígeno que se coló por su nariz, así como el pensamiento de que a pesar de que creía morir no iba a hacerlo, de a poco lograron que se calmara.
Debía huir de ahí. Ese pensamiento insidioso se filtró en su mente. No sabía cómo, Nikolai no iba a soltarla tan fácil y si la encontraba lo más seguro sería que a la próxima la obligaría a abortar. Tenía que alejarse de allí, no sabía cómo. Si volvía al club, sería el prim