Estoy aquí como ordenaron- habló Athy apenas cruzando la puerta.
Dentro de la modesta casa ya se encontraban reunidas las personas quienes la venderían como una pobre vaca.
-Es bueno que no pongas resistencia. En realidad, siento un gran alivio- suspira su padrastro quien se pone de pie y se dirige a la chica.
- No hago esto por ustedes.
- Ja’ Tú nunca has hecho nada por nosotros, todo este tiempo no haces nada mas que avergonzar a esta familia- responde su madre quien sigue sentada en el sillón de figuras extrañas.
- Sea como sea. Es una lastima que no te tengamos más en esta casa- agrega su padrastro poniendo sus manos sobre el hombro de Atanasia.
- Quítame tus mugrosas manos de mí- amenaza ella con tono severo.
El hombre hace caso y retira las manos de inmediato.
-Frederick, debes llevártela ya. Se hará tarde- propone su madre luego de ponerse de pie.
Ni siquiera mira a Atanasia con una pizca de amor, en lugar de eso la mira de pies a cabeza.
-Trata de no hablar de nosotros Atanasi