POV Carlos
Cuando la puerta del departamento de Elena se cerró detrás de mí, sentí el golpe como si me hubieran vaciado el aire del pecho. Me quedé un segundo apoyado en el marco, sin fuerzas, como si mis piernas ya no recordaran cómo sostenerme. No era cansancio. No era culpa. Era algo más profundo, una especie de desgarro físico que me atravesaba el estómago y que me hizo llevar la mano a esa zona, sorprendido de que algo tan emocional pudiera sentirse tan tangible.
Respiré hondo. O traté de hacerlo. Pero el aire se me quedó atorado en la mitad del pecho, como si una mano invisible me apretara por dentro.
No había ninguna razón lógica para sentirme así. Yo mismo había puesto ese límite, yo mismo había dicho que no podía cruzarlo… y, sin embargo, cada paso que daba hacia el elevador era una derrota personal, una especie de rendición silenciosa ante algo que ni siquiera terminaba de entender.
El momento que acabábamos de compartir seguía vibrando en mi piel. Todavía podía sentir el t