Sergio
Isabela cree que todo está pinchado y llama a los otros jefes de campaña, solicita que todos nos quedemos en nuestras casas y que aumenten la seguridad policial. Alerta a la policía y pide acceso a las cámaras de vigilancia de la ciudad de inmediato.
Bash y nuestro equipo de trabajo vienen directo a hacer un barrido de la casa, teléfonos y toda clase de dispositivos.
Isabela está sentada haciendo preguntas a los papás de estos niños y ninguno parece dirigirla hacia algún tipo de grupo criminal.
—La primera vez que secuestraron a su hija —intervengo. —¿cómo fue?
—No hablamos de eso —responden Castro y su exesposa al unísono.
—Es necesario—les indica Isabela.
—Podría ser el mismo grupo criminal, ustedes pagaron, verdad. —Insiste Mei y la ex pareja comparte una mirada.
Isabela y yo captamos que hay más de esa historia que no han compartido con nadie y ambos están de acuerdo en no compartirla con la señora Castro actual. Isabela se pone en pie y propone:
—Mei porque no vas