Capítulo setenta.
Las tres personas llegaron al restaurante. Maximiliano era una persona muy conocida, así que los camareros se dirigieron a él con mucha cortesía.
— Buenas tardes señor D' Lucca, permítame llevarlo a su mesa.
Maximiliano solo siguió al camarero.
Carolina y Alexandra lo siguieron con la mirada, se dieron cuenta que lo esperaban en la mesa, otro camarero les hablo para llevarlas a su mesa.
Carolina hablo ella había reservado ahí asi que el camarero cortésmente las llevo a su mesa -Señoritas buenas tardes, permítame llevarlas a su mesa.
Las situaron en una mesa que quedaba justo en frenta hacia donde estaba Maximiliano.
— Alexandra sin querer vio hacia enfrente y sus miradas se encontraron.
En la mesa de Maximiliano.
La chica que estaba esperando a Maximiliano estaba emocionada, llevaba ya mucho tiempo esperando concretar una cita con él, y por fin había tenido la oportunidad de tenerla, sus ojos se iluminaron cuando escucho su nombre, pero ella disimulo.
Maximiliano llego a la me