Capítulo setenta y uno.
Agustín se molesto tanto ante todo lo que Javier decía, el no quería aceptar esa posibilidad o más bien la realidad.
— Estoy seguro que ella me entenderá, no fue mi culpa, fue de Lucía ella es la culpable de todo lo que nos paso.
— Hay amigo estas muy equivocado. Si efectivamente fue Lucía la que tramo todo, pero tambien es tu culpa, porque no la buscaste y en tres meses te comprometiste y te atreves a decir que no es tu culpa, dime tu, que mujer u hombre aguantaría todo lo que tu le dijiste, si bien ella no nos lo dijo, yo me lo imagino, te conozco demasiado, y se cuan cruel puedes llegar a ser, cuando estás enogado.
— Ya, ya basta, estoy seguro que Anna regresara conmigo, se que ella me ama todavía.
—Agustín no te aferres, no es bueno para ti y tampoco sera bueno para ella, entiende si no la has encontrado es por que ella no quiere saber nada de ti, la lastimaste, y no sabemos lo que puede llegar a hacer una mujer cuando se siente herida.
— No Javier no me pidas que me olvide d