Capítulo sesenta y cinco.
Agustín se fue a descansar y retomar fuerzas para el siguiente día, pues tenía planeado ir a primera hora a la universidad, con la esperanza de encontrar algún indicio de Anna, no se daria por vencido hasta encontrarla, sin saber que ese nombre y la mujer que había conocido en ese tiempo ya no existía, pues la chica no solo se había cambiado su nombre, si no, a ella misma.
En el aeropuerto de Milán.
Las dos chicas llegaron pronto a su destino, ambas estaban emocionadas, pues emprenderian una nueva meta para sus vidas.
Bajaron del avión, se dirigieron a recoger su equipaje, ambas iban distraidamente, pues llevaban algo de prisa tenian una cita dentro de dos horas.
— Alexandra tenemos que apurarnos y llegar al apartamento, para arreglarnos no quiero llegar tarde a nuestra reunión.
— Lo sé Carolina, esto definira si conseguimos el lugar, que quiero para empezar mi empresa, es muy importante, para mi, bueno para ambas.
— Si, vamos hay que correr, que nos gana el tiempo.
Las dos muj