El Silencio era una burbuja de serenidad, un oasis de verdad donde la paz olía a pino y a sal marina, pero incluso allí, en el búnker subterráneo, la toxicidad del mundo corporativo encontró un resquicio para infiltrarse, Kael y Elara habían establecido una rutina de transparencia absoluta, donde la Habilidad Despertada de Elara servía como el centinela moral de su nuevo imperio, una especie de detector de mentiras incorruptible que aseguraba que la Purga Moral continuara a distancia, sin embargo, el mundo financiero no entendía de ética, solo de números, y la presión para recuperar las pérdidas generadas por el "Exilio Total" de su padre y la limpieza radical de la empresa era inmensa.
Una mañana, mientras Elara monitoreaba las frecuencias naturales del ambiente para evaluar la paz interna de su bebé, Kael convocó una reunión cifrada con su nuevo Director de Estrategia Global, un joven brillante cuya resonancia de verdad era alta, pero cuyo pragmatismo lo convertía en un portador de