Me acerque aún más.
-Además, tienes suerte, me gustan más lo castaños de ojos marrones con un hijo que no me deja dormir, que los castaños de ojos azules- le sonreí-
-¿Creí que te gustaban los jardineros?-
Estábamos a centímetros de besarnos, podía sentir su respiración algo agitada y podía escuchar a mi corazón en mis oídos.
-También, ¿Te imaginas que halla un hombre, castaño de ojos marrones, soltero, con un hijo, y que sepa de jardinería?, ese seria mi chico ideal-
-¿Y que además ame tu comida?-
-¿Y que le caiga bien a mis papas y hermano?-
-Seria un golpe de suerte, ¿No crees?-
-¿Para el o para mi?-
-Para el-
Nuestros labios se rozaban con tanta suavidad.
-Tengo algo que decir-
-Dime-
-Quizás suene algo acosador pero...-
-Dime- repitió-
-Hace algunos meses, te vi sentado en la ventana de tu departamento y cuando llegue a casa, me toque pensando en ti-
No estaba lista para decirle que esa fue una de las muchas noches que me toque fantaseando con el.
Su mirada se oscureció, y