ERES MÍA PARA SIEMPRE. (+18)
ERES MÍA PARA SIEMPRE. (+18)
―Di que quieres sentir esto ― levantó la mano entre sus piernas y dejó que su pulgar pudiera rozar su clítoris sensible. ―No creerás cuantas fantasías he tenido sobre ti… sobre nosotros. Eres mi compañera, Serafina, y quiero que sientas todos los placeres que jamás hayas imaginado.
Y antes de que ella pudiera responder, deslizó un dedo en la entrada de su coño resbaladizo, su propia respiración se entrecortó cuando sintió su núcleo cálido y húmedo.
―Lorenzo, gimió ella, abriendo completamente sus piernas para permitirle un mejor acceso. ―¡Oh diosa!
Y a través de la tela de su camisón, levantó la mano y le palmeó el pecho, ahuecando su peso con su mano grande y fuerte, rozando con el pulgar y el índice sus pezones.
Pellizcándolos hasta que estuvieron duros y excitados.
―No necesito que supliques por mí porque quiero degradarte ―dijo, besándola bruscamente, antes de arrastrar sus labios por su garganta y mordisquear la suave piel en la base de su cuello