Un mes después

Emily

No puedo reconocer mi reflejo en el espejo.

El vestido elegante de color verde esmeralda se pega a mi piel de manera perfecta. Es un vestido hecho a mi medida, enviado por una de las casas de moda más importantes de Londres… pero ¿me sentía cómoda? ¿Me gustaba mi reflejo?

No.

No me siento yo misma. Siento que soy una extraña en mi propio cuerpo y en esta ropa.

—Te ves hermosa— dice Mia al entrar a mi habitación. Esa niña se ha pegado a mí desde que salí del hospital y ya no me desagrada su presencia. Este mes me había ayudado a tolerar y después aceptar su presencia.

Ella era inocente de todo lo que ha hecho su familia. Al menos, eso me lo ha confirmado en varias ocasiones su propio hermano.

—No me gusta— me alejo del espejo, acercándome a la cama, sentándome y viendo con anhelo mis viejos pantalones de mezclilla.

—Pero pareces una princesa— dice emocionada. Esta niña mimada. —Tendrás que acostumbrarte, después de hoy, asistirás a muchas fiestas y eventos elegante