Capítulo 16. Basta de amenazas
Phillip
Cuando me informan que mi hija fue sacada de mi hogar como si fuera una desconocida o una delincuente por culpa de mi madre, el corazón me late con fuerza, casi al punto de querer explotar.
August también se enfureció y tomó las llaves del auto y ahora, maneja a toda velocidad a esa casa. Esa casa en la que durante años, durante toda mi etapa adulta, me resistí a entrar.
Aún recordaba los golpes de mi padre, las lágrimas y luego, la frialdad de mi madre. La etiqueta, las normas, las malditas obligaciones familiares por pertenecer a una de las tantas viejas y poderosas familias de Londres.
Incluso por nuestro viejo y delgado vínculo con la realeza que nos obligaba a una vida llena de hipocresía y reglas absurdas.
Solo por eso, mis padres nos educaban con mano dura, buscando la perfección, más poder, prestigio… más alianzas con los círculos de poder.
Pero para mí, fue un infierno, lo fue para mis hermanos. Lamentablemente, fui el único que sirvió de algo para los negocios, por e