Emily

—¡Ethan! — grito su nombre cuando sus caderas chocan contra las mías, ingresando en mí sin previo aviso. El dolor y el placer se funden en uno solo, incluso puedo admitir que acabo de llegar al clímax en este mismo instante.

—¡Dios, cariño! Sigues tan apretada para mí, tan lista y caliente— gruñe contra mi cuello, mordiéndolo también. —No puedo resistirme a ti. Lo intenté, pero no puedo…— dice entre gruñidos.

No puedo pensar más en lo que dice porque sus caderas vuelven a golpear contra mí y su mano también impacta en mi trasero. Nunca en mi vida había sentido esto, jamás me había interesado esa mezcla de fuerza, pasión y dolor. Nunca ni en mis mejores sueños húmedos.

Pero Ethan me está llevando a la locura, a sentir cosas y a desear tantas más.

Su mano impacta de nuevo y mi gemido de placer hace que Ethan se vuelva más rudo.

—Eso es, cariño. Disfrútalo, disfruta todo lo que te doy. Disfruta de nuestro momento— su mano rodea con fuerza mi cintura. —Sostente bien, mi amor.

Ese mi