Los días transcurrieron tranquila y felizmente en la pastelería después del regreso de Airin. La rutina se estableció con la misma calidez y amor que siempre, cada día lleno de la dulce fragancia de los pasteles recién horneados y la alegría de servir a los clientes.
Una tarde soleada, mientras Airin y Katy estaban ocupadas preparando los pedidos del día, una pareja entró en la pastelería. La figura familiar de John, estaba acompañada por una joven radiante. Su rostro irradiaba felicidad y suavidad, con un brillo especial en sus ojos.
Airin levantó la vista al escuchar la campanilla de la puerta y su corazón se llenó de alegría al ver a John y a su compañera. Los saludó con una sonrisa cálida y genuina.
Airin: ¡John! ¡Qué sorpresa verte por aquí! Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos la ultima vez.
John devolvió la sonrisa de Airin con una mirada llena de felicidad y orgullo.
John: Airin, Katy, permitirme presentaros a mi pareja, Amalia. Estas son Airin y Katy, las talentosas cre