Punto de vista de Damien
Caminé hacia William Blackstone, manteniendo mi expresión firme, con Olivia siguiéndome de cerca.
“¿Y ella es…?” preguntó, levantando una ceja con sospecha.
“Ella es mi esposa.” Las palabras salieron de mi boca con tranquila certeza, flotando en el aire como una declaración que nadie podía ignorar.
Entrecerró los ojos, con incredulidad ardiendo en ellos.
“¿Tu esposa?”
“Sí.” Respondí con calma. “La traje aquí para que pudiera recibir tus bendiciones.”
Su reacción fue instantánea; la ira se reflejó en su rostro.
“¿Qué crees que soy?” tronó, y su voz resonó fuertemente en la sala.
Las criadas se dispersaron en cuanto levantó la mano. El miedo a molestar a William Blackstone nunca terminaba bien para nadie.
Le devolví la mirada con una ligera sonrisa desafiante.
“Te tomo exactamente por quien eres.”
Por supuesto que dudaría de mí. Toda mi vida dejé claro que las mujeres no me interesaban… hasta ahora.
Estaba seguro de que lo dudaría, así que me aseguré de que esta