— Fue un gran golpe — dijo con el rostro ensombrecido.
Me encontré en un dilema angustiante, sin saber qué decirle a Raven para ocultar la cruda verdad sobre el maltrato que estaba sufriendo. Busqué desesperadamente una salida, así que terminé inventando una mentira poco creíble.
— Me resbalé en la ducha y fui a dar con la cara en las baldosas. — le contesté torpemente.
Sin embargo, Raven percibió la falsedad en mis palabras.
— ¿Sueles golpearte mucho con las baldosas? — me interrogó examinándome a fondo con su mirada.
Su intuición innata le permitió detectar el engaño en mi intento de ocultar la verdad. Por ello, me sumergí un silencio incómodo.
— No — murmuré, sintiendo cómo el nudo en mi garganta se contraía con mayor intensidad.
— ¿También te maltratan verbalmente esas baldosas? — preguntó con delicadeza, acercándose un poco más a mí.
— Sí — dije aguantando las lágrimas mientras sentía su mano cálida sobre mi hombro.
Sentía cómo un nudo se formaba en mi estómago, y mi mente se ll