— Nos alegra que hayan recapacitado y reconocido su error. Pero no crean que con eso basta para olvidar su ofensa. — advirtió Lotte.
— Tienen que demostrarnos su arrepentimiento y su obediencia — exigió Elizabeth sintiéndose enseñoreada.
— ¿Qué quieren de nosotras? — pregunté, tratando de mantener mi actitud sumisa.
— Para expiarse, tendrán que continuar haciendo las llamadas de la lista que te entregué Sunny.
— ¿No hay otra forma de demostrarles nuestro arrepentimiento? — preguntó Samantha con descontento — esa es una tarea de lo más frustrante. Por favor.
— Tienen que hacerlo hasta que nosotras digamos, hasta que queramos — respondió Elizabeth bruscamente. Su arrogancia caía en cascadas desde su boca.
— Guarda silencio Green — le espetó Lotte con irritación. — ¿Sabes qué es frustrante Shaw? Que tengas la osadía de venir a mi oficina a gritarme y acusarme como lo hiciste ayer y luego pretender que con una disculpa queda todo solucionado. Así que si digo que harás llamadas, entonces h