Alfredo se sorprendió con la pregunta.
Tardó un rato en reaccionar.
Miró a Gabriela con extrañeza: —¿Por qué de repente preguntas eso?
¡Era tan inoportuno!
Le parecía muy extraño.
Sin embargo, antes de que Gabriela pudiera responder, él dijo: —Por supuesto que me gustan los niños, pero, Gabriela.
La miró seriamente: —¿Todavía tengo una oportunidad?
Gabriela preguntó: —¿Qué oportunidad?
—¡La oportunidad de ser padre!
Alfredo casi revoleó los ojos.
¿Cómo no lo sabía?
¿Preguntó y luego olvidó?
—Cuando encuentres a una buena chica, recuerda valorarla —dijo Gabriela.
Alfredo respondió: —Lo sé.
Valoraría a la indicada cuando la encuentrara.
Sonriendo dijo: —Las preguntas que haces hoy son extrañas.
Gabriela miraba a lo lejos: —Fue un impulso del momento.
Pero Alfredo no lo creía así: —Felipe me dijo que fuiste a ver a Aurora, ¿ella ya dio a luz?
Se detuvo un momento: —¿Es niño o niña, se parece a ella o a ese Fernando?
Gabriela respondió: —Es una niña, se parece a Aurora.
Alfredo dijo: —Mejo