Alberto oyó el sonido y escondió el móvil bajo las sábanas.
Se movía tan rápido que ni Gabriela ni Yolanda notaron nada raro en él.
Yolanda puso la comida en la mesita junto a la cama, "¿Tienes hambre? Come un poco."
Dijo Yolanda mientras sacaba la comida cuidadosamente preparada.
"No quiero comer, quiero estar solo." La expresión y la voz de Alberto eran frías.
No mostraba demasiada tristeza.
Yolanda intentó persuadirlo, Gabriela interrumpió a Yolanda justo a tiempo, "Mamá, déjalo en paz."
Yolanda se tragó las palabras que quería decir para persuadirla y le dijo, "Deja las cosas, puedes comer cuando tengas hambre."
Alberto no dijo nada y Yolanda no pudo evitar suspirar, "Ay."
"Está bien." Gabriela apartó a Yolanda, "Alberto, tú descansa."
Gabriela cerró la puerta de la sala y le dijo a Yolanda, "Alberto necesita tiempo, no puede comer, y no deberías intentar persuadirle, Anastasia es su madre, y seguro que no podrá asimilarlo durante un tiempo."
Yolanda lo entendió, "Me preocupa su sa