Luego del recorrido por las habitaciones y constatar que todo se encontraba en orden, reinaba la normalidad y los pacientes estaban bien, fui a mi consultorio a revisar las historias clínicas y navegar un poco por el internet. -Me informas cualquier emergencia, Harry-, le pedí al enfermero que se hallaba a cargo de la recepción.
-Es una madrugada tranquila, doctora, no creo que se presente nadie-,se mantenía optimista Harry. También bebía una gran taza de café y mordía un pan untado con mucha mantequilla como a él le gustaba.
Abrí mi laptop y me puse a buscar informaciones recientes de psiquiatría cuando Brown me llamó. Trataba de mantenerse calmo sin embargo descubrí que estaba bastante nervioso y tragaba mucha saliva.
-No te alarmes, Andrea, pero los sicarios van a atacar la clínica-, me dijo con la voz trémula intentando mantenerse sereno.
Me alcé asustada. -¿Qué dices?-, desorbité los ojos aterrada.
-Te pedí que no te alarmes, todo está controlado. La policía se encu