CAP 3

Dragos.

Me da mucho alegría que Anís nos acompañe pero me doy cuenta de que se está quedando atrás la miro recarganda en un árbol, me detengo y voy por ella, al verla allí no puedo evitar ver su cuerpo sus piernas largas, su estrecha cintura y sus pechos que están cubiertos por un camisón viejo y susio que apenas tapa su tracero para mí desgracia, sacudo la cabeza para dispersar esos pensamientos y brindarle mi ayuda.

-Anís quieres que te llevé.

-No gracias por su ayuda pero yo puedo llegar sola.

-En serio nos falta cruzar aquella montaña.

Le señaló la dirección en donde queda mi territorio permanente y su cara es un poema, abre los ojos al igual que su boca con mucha sorpresa y después me voltea a ver.

-Bueno pensándolo bien te tomaré el favor.

Me transformo y me inclino para que suba, al sentir su cuerpo sobre el mío no puedo evitar mover la cola, me uno a los demas y comenzamos a correr a casa para poder llegar antes de la salida del sol, al principio siento como me sugeta fuertemente el pelaje pero poco a poco va aflojando su hagare y escucho su voz con un tono alegre.

-Más rápido.

Hago lo que me pide, la escucho reír y es como musica para mis oídos, ni los pájaros se escuchan así de hermoso, me consentro tanto en su risa que no me doy cuenta donde estamos y freno de golpe al darme cuenta que estamos ya en el jardin tracero de mi casa, me transformo y rápidamente la tomo entre mis brazos para evitar que se golpeé, rodamos en la hierba y su cabello nos envuelve de una forma suave, miro su rostro y es de mucha felicidad hasta sus ojos brillan de una forma que me encanta, nuestras miradas se encuentran y Anís se ruboriza.

-No recuerdo cuando fue la última vez que me divertí así.

-Lo siento por frenar así no me sienta que ya estábamos tan cerca.

-No discuide.

Anís se levanta y retira su cabello de nosotros y lo comienzó a trenzar, miro su rostro con detenimiento que es un perfecto óvalo, sus labios gruesos y rosados, su nariz pequeña y sus grandes ojos azules, mi corazón se acelera solo de verla tan cerca de mi, deseo tomarla entre mis brazos y nunca dejarla ir, es demasiado pronto para decirle lo que siento pero mi lobo me pide que lo haga, que le digo que es nuestra pareja y que se case con nosotros.

-Anís.

Llamo su atención y mi garganta se seca, las palabras se me olvidan, diablos que vergüenza doy, soy posible de dar discursos a toda mi manada y hablar con humanos en mi empresa y no me le puedo declarará, mi mente se pone en blanco.

-Sí Dragos.

-Yo, yo.

El sol comienza a salir y Anís voltea a verlo, su mirada se ilumina se levanta y va a lo arilla del pequeño estanque que tiene mi jardín y se arrodilla, veo como le ase reverencia al sol después levanta sus brazos al cielo y se levanta, abro los ojos y comienzo a babear al ver que al levantar sus brazos su camizon se levanta un poco y puedo ver la parte baja de su tracero, siento como sierta parte de mi despierta y me pide que la tome allí mismo pero esa sensación desaparece al escuchar un silbido que viene de mi derecha, volteo con mucha molestia y veo a los novatos que tienen caras lujuriosas.

-Pero mira que tracero, con ganas de darle hasta el amanecer.

Me enfurezco al escuchars esa palabras ya que soy el único que puede verla, tomo del cuello al novato que dijo eso y lo arrojo al suelo con mucha fuerza.

-Escuchame bien costal lleno de m****a no la vuelvas a ver así si no quieres que te saque los ojos, eso va para todos, ahora denle treinta vueltas al territorio todos.

Suelto al novato y miro a los demás con molestia y los veo irse, me doy la vuelta y Anís ya se acostado en la hierba de espalda mirando al cielo, me detengo al recordar que estoy desnudo y pido ropa por enlace mental.

*Por favor alguien me puede traer una bata al jardín trasero.

Una de las muchachas que trabajan en la limpieza me trae una bata, me la colocó.

-Por favor podrías hacer una espacio más en mi mesa y preparar un baño en la habitación que frente a la mía ya que hoy tendremos visitas.

Digo eso último mirando a Anís que sigue recostada en la hierba, la muchacha asiente y se retira, me aserco lentamente pensando en lo que le voy a decir para poder hacer bien las cosas, ya estando a un lado de ella mi pulso se acelera de nuevo, Anís me mira y sonríe.

-Se me olvidó lo que se siente el sol en mi piel, ven recuestate aquí.

Me ase una seña con su mano a su lado y sin pensarlo dos veces me recuesto a su lado, en realidad no me importa el sol, estar tan cerca de ella me encanta la miro de reojo y tiene una sonrisa relajada en su rostro.

-Me encanta como se siente el sol en mi piel, el aire fresco en mis pulmones, la hierba en mis manos sería perfecto si comensara a llover.

-Te gusta la lluvia.

-Sí, me gusta verla caer y tomar un té caliente.

-Anís yo, yo ya mande a prepara un abajo para ti y ya pedí el desayuno.

Me molestó conmigo mismo por acobardarme de nuevo, la gui hasta la habitación y Anís mira todo con curiosidad, al llegar le hablo la puerta y ella mira el lugar con una sonrisa.

-Qué bonita habitación.

-Qué bueno que te guste ya que te puedes quedar aquí el tiempo que quieras, es tuya.

-En serio.

Asiento con una sonrisa y miro como Anís recorre la habitación con una sonrisa en el rostro y se avienta a la cama y nueve los brazos como un niño en la nieve y no puedo evitar sonreír por verla feliz, esto es lo que siente tener una pareja ser feliz solo con verla.

-La cama es tan suave jamás me avía recostado en algo tan suave.

-La mía es mucho más suave te gustaría probarla.

Me doy una bofetada mentalmente al percatarme de lo que dije, pensará que la quiero llevar a mi cama y es sierto pero pensara que soy un pervertido, ella me mira con una sonrisa que me sorprende.

-En serio es más suave.

-Sí.

Por mí suerte no entendió lo que le quise decir, escucho la puerta del baño abriste y sale una muchacha que se mira sonrojada, m****a me escucho siento como me arden las mejillas por la vergüenza.

-Ya está el baño alfa, deje ropa de usted para la señorita.

-Gracias te puede retirar.

La muchacha se va, Anís se levanta de la cama y va al baño y lo ve con curiosidad, se detiene en el espejo y se mira sorprendida pasa su mano por su mejilla y da un suspiro.

-Ocure algo.

-No, es que cambie mucho desde que me dormí.

-Qué edad tenías cuando te quedaste a dormida.

-Ocho años y me sorprendi mucho al darme cuanta de que avía crecido pero supongo que debo de acostumbrarme y adaptarme a esta nueva era.

Anís me dice todo eso mientras se desase la trenza y mira con pena su cabello.

-Me prestarás una daga o cuchillo.

-Para que.

-Necesito cortarme el cabello, no me gusta hacerlo pero no puedo andar por allí arrastrando mi cabello se encusiara mucho.

-Te traeré unas tijeras.

-Qué lujoso.

Se me ase extraño su comentario y recuerdo la fecha que me dió de referencia a cuando se dormido, voy y regreso con las tijeras.

-Quieres que te ayude.

-Por favor, me lo podrás dejar lo más cerca de los pies que puedas.

Tomo su cabello y comienzo a bajar por el hasta llegar a sus pantorrilla que tocó ligeramente con el dorso de mis dedos, me pongo nervioso al dar el primer corte pero me tranquilizó cuando estoy por acabar, also la mirada un poco ya que estoy incado en el suelo asiendo lo y trajo saliva al ver su tracero desde abajo, diosa luna estoy viendo la gloria doy el último tigeraso y al levantarme hago como que pierdo el equilibrio y roso su tracero con una de mis manos, la escucho como da un gemido de sorpresa.

-Disculpame por favor, me trompese no era mi intención tocarte.

Anís me mira con sus mejillas sonrojadas.

-Descude fue un accidente.

Me retiro del baño para que se ase después de decirle dónde está la ropa me dirijo al mío y me llevo su cabello para desaserme de el pero antes de tirarlo lo sostengo entre mis manos y hago algo que jamás pensé en hacer lo aserco a mi cara y comienzo a olerlo, diablos soy un pervertido y un degenerado, sin darme cuenta sierta parte de mi entrepierna a despertado y me pide atención, creo que tendré que darme una ducha de agua fría. 

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