Camino al lugar acorado Soren recibió una llamada de su hermana.
—No vengas —ordenó en voz baja.
—¿Por qué? ¿Qué ocurre y por qué susurras? —cuestionó, confundido desde el asiento trasero mientras Peter conducía.
—Macon y Serena están acá. No sería bueno que llegues en este momento.
—¿Cómo que están ahí? Se suponía que no conocían esa dirección.
—Bueno, resulta que tienen gente en todas partes y supieron que estaba en este hotel mientras hacen reparaciones a la mansión —explicó, se notaba el disgusto por la intromisión de sus primos—. Hay algo más. Creo que están tramando algo.
—¿Qué podría ser?
—Ni idea, pero lo voy a averiguar. Desde lo ocurrido el otro día ellos están… Muy encima de mí, no quieren dejarme sola. Es por eso que están acá, quieren que vaya a la nueva residencia que compraron al menos hasta que las reparaciones estén acabadas.
—¿Ordenes del palacio?
—Posiblemente, aunque aún no hacen su aparición. Creo que Serena y Macon actúan cómo intermediaron de sus padres.
—¿Averi