Capítulo 20 —No corras, Cleo
Narrador:
El campus olía a café barato, hojas secas y estrés académico. Era lunes, pero para Cleo, el día no tenía nombre. Caminaba por los pasillos con paso firme, la carpeta contra el pecho y la mirada al frente, como si no hubiera pasado absolutamente nada, como si su mundo no hubiera sido puesto patas arriba en una habitación de hotel, como si su fin de semana no hubiera sido un verdadero infirerno. Ni bien cruzó la puerta del edificio principal, su móvil vibró.
Un correo.
Remitente: Secretaría Académica.
Asunto: Solicitamos su presencia en Dirección de Alumnos – urgente.
Suspiró. No era raro, la beca vencía esa semana y todavía no tenía ninguna respuesta positiva. Aunque, en realidad, ya no necesitaba una, se suponía que estaba resulto. Pero no podían saberlo. Subió al segundo piso y golpeó con los nudillos en la puerta de la oficina del Becario encargada de los estudiantes en ese año.
—Adelante —dijo una voz amable desde dentro.
Entró. El hombre la mi