Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
Mi hermana Elisa se estaba muriendo y nada lograba consolarme. Me destrozaba ver a mis padres llorando desconsolados, a mis hermanas de igual manera y a mi hermosa Amaia, que no podía contener su llanto, pues ella y Elisa se llevaban súper bien. Abracé a mi hermosa mujer queriendo que ambos nos consoláramos mutuamente y que poco a poco ese dolor se fuera de nosotros.
–Axel, mi amor, ojalá que pronto te dejen pasar a ver a Elisa – Dijo mi hermosa mujer al oído – Te amo Axel, quisiera verla también yo.
Necesitaba ver a mi hermanita, eso de que no le quedaba tanto tiempo, no lo iba a poder aceptar, tenemos que reanimarla para no debemos dejarla morir, no se puede morir, no nos puede dejar.
–Sí, mi reina, la veremos ambos cuando nos den permiso – Dije entre sollozos – Claro que los primeros que tienen el derecho de ver a mi hermana, son mis papás y temo que les pase algo, cuando vean a Elisa rodeada de cables.
–No mi amor. Ellos van a estar bien,