Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
Necesitaba ver a mi hermana, me iba a morir al verla tan vulnerable, pero tenía que ser fuerte, ella tenía que vernos fuertes, teníamos que darle toda la fuerza que estaba necesitando, y que estuviera tranquila.
–Sí, mi amor, ve a ver a Elisa – Me animó Amaia – Ella debe saber, que todos nosotros esperamos verla con bien.
Todos deseábamos eso, que estuviera con bien, que se recuperara y que saliera muy rápido de esto, que saliera con más fuerza, que luchara con todas sus fuerzas, era lo que estaba pidiendo a todos los santos que la dejaran más tiempo con nosotros.
–Gracias, pasaré entonces a ver a mi hermana. Acompáñame, hasta el consultorio del doctor, por favor Amaia.
–Claro que sí, amor.
Amaia y yo, nos separamos de mis padres y de mis hermanas y nos fuimos caminando al consultorio del doctor, él estaba ocupado con alguien y mientras esperábamos mi hermosa mujer, me abrazó y volvimos a llorar juntos. Ella sabía lo que yo estaba sintiendo y