PDV. Elena.
Me extraño su pregunta y creo que para variar mi cara lo reflejo.
– Si me gustan, la prueba de ello es que estoy aquí, en un balcón a cincuenta y dos pisos del piso – dije sonreída señalando el lugar donde estabamos.
– Buen punto – dijo guiñándome el ojo.
Y yo pensando, será la ropa que lo hace ahora estar tan coqueto.
– ¿Te quieres lanzar en paracaídas? – su sonrisa se hizo más grande y supe que esa es la sorpresa.
Me reí a carcajadas.
– ¿Eso es un sí? – preguntó emocionado.
– Si te soy sincera, si me encantaría, pero no puedo.
Me miró expectante y sin entender como dije si y no en la misma frase.
– ¿Por qué no puedes? ¿Tienes algún proble