96: Un camino a la redención.
El pecho de Dorian se contrae ante el nombre que le dice su madre. Sí, James es su segundo nombre, pero es el favorito de su madre. Si tan solo ella supiera que un inocente pequeño tiene su nombre, por él, y este en lugar de buscar la forma de protegerlo y quererlo solo se ha alejado.
—Mamá… —Se limpia la cara, conmovido—. ¿Cómo estás…?
Su madre no puede con la emoción. Más de 12 años sin ver a su único hijo. ¿Cómo puede estar? Siente que le va a dar un infarto de la emoción.
Ella lo dirige a la mesa y lo primero que hace es extenderle un plato. Ha hecho mucha comida hoy sin saber por qué. Su corazón de madre tenía un presentimiento.
—Estoy muy bien, recuperándome de la gripe. Han pasado muchas cosas estos años, mi pequeño James —dice sirviendo la comida y al mismo tiempo, admirando lo guapo que se ha vuelto su hijo—. ¿Por qué te perdiste? —su voz se quiebra y Dorian detiene sus manos, conmovido—. Tu padre ora por ti todos los días…
Dorian no puede hacer más que llorar. Se siente