Capítulo 40 – Asunto familiar
Narrador:
‒ Qué bueno que me llamaras – le dijo Yuli a Izan, al saludarlo cuando se encontraron en el restaurante
‒ Me alegra que pudieras venir
‒ ¿Dónde has estado Izan?
‒ Ya sabes Yuli, un poco aquí y otro poco por allá
‒ Es que desapareciste, te he llamado infinidad de veces y no me atendiste las llamadas
‒ Estaba ocupado
‒ ¿Ocupado Izan? Si tú no haces nada, todo lo hace tu hermano
‒ No tienes ni idea de lo que es mi vida
‒ ¿Por qué no me cuentas?
‒ Yuli, ¿en serio? – la miró por encima de la carta de menú que estaba ojeando – pidamos la comida
‒ Bien, como desees
Ellos cenaron sin demasiada conversación y se retiraron a la finca donde Izan estaba viviendo.
‒ ¿Te quedas esta noche? – Izan tomó a Yuli por la cintura y la pegó a él
‒ ¿Tú que quieres cariño? – le respondió sonriendo mientras le acariciaba la mejilla
‒ Que te quedes, sino no te hubiera llamado – y la besó
‒ Entonces no se diga más cariño, soy toda tuya, como siempre
‒ Disculpe señor Amery