CAPÍTULO 164. Chantajes.
Capítulo 164
Chantajes
A la misma hora, a cientos de kilómetros de distancia, Don Ricardo estaba en su despacho. Su celular sobre la mesa vibró con insistencia: era un número desconocido.
—¿Sí? —respondió, con esa voz grave y a su vez desganada.
—Ricardo —sonó la voz de Alana, su esposa, dulce y tensa al mismo tiempo—. Te necesito.
Él frunció el ceño y se reclinó en el sillón de cuero.
—¿Alana? ¿Qué sucede?
—Es… complicado. Me has metido en un lío, Ricardo. Te pido que me ayudes a salir del país. No puedes negarte. Tengo documentos que… —vaciló—. Que te implican en asuntos que preferirías mantener en secreto.
Don Ricardo sintió un escalofrío. Alana siempre había sido impetuosa, pero ¿hasta el punto de amenazarlo?
Tomó el expediente que tenía delante y lo deslizó con disimulo hacia el suelo.
—No empieces con eso ahora, Alana —dijo él con frialdad—. ¿Qué clase de pruebas tienes?
—Pruebas de transferencias irregulares a cuentas offshore, de contratos ficticios en tu empresa —confesó ell